En este blog podrán encontrar de todo un poco, como su nombre muy bien lo dice: Artículos, fotos, vídeos y opiniones realmente variadas ya sea que yo las haya escrito, que alguien me las pasara o que me las haya encontrado en la web.

8 jul 2008

¿Primero o segundo?

Primero, segundo… segundo, primero…

¿Hay lugares en esta situación? ¿Acaso el primero siempre será el primero y el segundo se resignará con su lugar?

Recuerdos, añoranzas, emotividades, felicidades…

Novedades, reiniciaciones, nuevas felicidades…

¿Se compara una con la otra?

¿Tienen comparación?

¿Se deben comparar?

¿Se deben compartir?

¿Existirá la segunda sin la primera?

¿Se sobrellevará la primera sin la segunda?

y

¿Qué pasará con la tercera?

Habrá que esperar… Definitivamente habrá que esperar…

por el momento basta con buscar respuestas y encontrarlas…

porque no… si la primera no existiera, la segunda no sería…

si la segunda no apareciera, la primera talvez dolería,

se comparan, se recuerdan, se combinan…

se comparten…

¡sí! Se comparten…

juntas crean el ambiente para la tercera…

y los lugares?

De esos no hay que preocuparse…

La primera pasa a la tercera como la segunda a la primera o talvez la tercera desee ser primera, o por qué no sea la segunda a la que le toque el final…

los lugares se entremezclan y se vuelven a mezclar…

no importan los lugares… pero…

ahí están…



Carlos Morales N.

06/07/2008

vida

En esta vida mantente bien atento,

con tus ojos bien abiertos y

con tu oído y olfato siempre atinados

para encontrar los grandes tesoros que tiene el mundo.

Para eso viaja, visita, conoce, observa, revisa, descubre…

Busca en donde nadie más buscaría.

Pregunta en donde ningún otro preguntaría.

Dale importancia a las insignificancias de la vida,

Réstale a las y los que se dicen importantes.

Esmérate por siempre proyectarte auténtico,

verdadero, sin máscaras.

Muestrate tal cual eres frente al mundo,

frente a la gente, pero sobretodo frente a ti mismo.

¡Conoce! conócete y reconoce a quien se te aparezca en frente,

no importa el tamaño, no importa la edad, no importa la etnia, no importa su género.

¡No importa! ¡Simplemente conoce!

Descubre ese mundo que se presenta ante ti.

Pero cuidado… ¡Desconfía!

Desconfía de cada uno de los que te rodean.

Encuentra el balance perfecto entre

lealtad, confianza y desconfianza (si lo logras avísame).

Repito… ¡Desconfía! Desconfía tanto de los otros como de ti mismo.

Nunca permitas que te pisoteen, nunca permitas que te mangoneen;

jamás permitas pisotearte ni mucho menos mangonearte.

Cree en ti, vive por ti.

Enorgullécete de ti mismo, de tus acciones.

Considérate tu héroe, tu ídolo…

Que cada día vivido,

que cada meta alcanzada,

que cada objetivo logrado

sea razón de fiesta y felicidad.

Minimiza tus defectos y problemas;

maximiza tus virtudes y alegrías…

Pero preocúpate y ocúpate de ambos.

Has algo por ellos, por solucionarlos, por mejorarlos.

Vive. Pero vive feliz, positivamente.

Ten fe en ti y en los demás.

Considera cada reto, cada prueba, cada día por vivir

como una etapa a superar.

Sigue el camino que consideres apropiado.

Vive cada día al máximo

disfrutando de tus éxitos y fracasos.

Mira hacia atrás de vez en cuando,

siempre es bueno añorar el pasado…

Pero repito: Añorarlo.

Nunca es conveniente estancarlo.

Carlos Morales N.

01/01/08

Respiro

(1918-2008)


No sé si concuerdas conmigo, no sé siquiera si te acuerdas quien soy… la verdad, en este momento no importa, da igual si soy el amigo, si soy el hermano o la hermana, el padre, la madre, el hijo, la hija, nieto o nieta… no importa. Yo sé lo que te digo… en realidad, casi podría asegurarte que son muy pocas las cosas que importan a estas alturas.

¡Sí!

¡Pocas!

A estas alturas de la vida (¿la vida?). Tu vida, ya poco importan muchas cosas.

Querámoslo o no, la vida (cualquier vida) es un respiro. Sí, una bocanada de aire que inhalamos y en corto tiempo exhalamos. Exacto, porque sería muy pesimista minimizarlo a un exhalar, ¿o me equivoco?

Es un respiro, una eternidad que se minimiza a unos breves segundos. Una única oportunidad para crecer, sentir, servir, llorar, sufrir, amar, (…)… vivir.

Un respiro que se debe aprovechar, porque como buen respiro, por más profundo que sea, siempre llega a su final.

A ese final, que, aunque no deseamos, se hace difícil de aceptar. A una despedida (si se topa con suerte) que siempre es insuficiente. Siempre son tristes las despedidas. A una tristeza que nos embarga por más que deseemos controlarnos. Es triste ver partir y más (seguro) el tener que partir.

Una despedida. Una tristeza que ahora, yaciendo en esa fría cama, me imagino deseas posponer. Difícil debe ser. Imagino, nuevamente, todo lo que ha de pasar por tu mente. Toda esa película de imágenes, de recuerdos, esos sueños cumplidos, aquellos otros sin cumplir. Imagino que te ves joven, feliz, desafiante ante esa vida que tantas veces creíste difícil. Enamorada, por supuesto… de tu vida, de tu viejo, de tus hijos, de tus nietos. Pendiente, claro que sí, pendiente, pero a tu manera… de tus bebés, de cómo está la sopa, o los animales, la casa, tus nueras, tus yernos, pendiente… pero a tu manera…

A tu manera… esa manera que hace que, al verte en ese lecho tan frío, me cuestione como habría sido si nuestro encuentro se hubiera dado unos cuantos años antes. Esa manera, que por lo que me cuentan, no habría sido tan distinto, pero que estoy seguro estaban equivocados. ¿Cómo no lo van a estar? ¿Cómo me van a asegurar que sería igual? ¿Acaso esos pocos relatos que conté por simplemente entretenerte y pasar esas largas tardes de lluvia, o los comentarios y relatos que recibía como respuesta a los míos o a mis preguntas son un espejismo? ¿Acaso esa paciencia, que tantas veces me era difícil de mantener, para oír tus mismas historias o cuestionamientos una y otra vez no significa que en algún momento pudo haber existido una mejor relación? Estoy seguro… habría sido distinto.

Probablemente en esa tira de imágenes, que observas ahora… sí… al final de tu respiro, no recuerdes muchas de nuestras pocas vivencias (lo entiendo). Pero lamentablemente eso, en este momento, tampoco importa. Yo las recuerdo, aún siendo tan pocas, y me conformo con ello… con ser yo quien las recuerda. Me conformo con saber que he de estar agradecido porque sé, que a tu manera, a mi manera y a la que el destino (si es que este existe) nos permitió, aprendí… aprendí y mucho! A querer sin esperar algo a cambio. Y no te culpo… No es tu culpa, porque sé que si recibía recompensas. Sino esto no existiría. Dejaste mucho en ese chiquillo que se robaba la silla de ruedas. Nos marcaste a mí y estoy seguro a los demás.

Por eso, ahora, cuando te veo en esa fría cama… en ese triste cuarto, tan distinto al que disfrutaste… al verte triste, sola (por más personas a tu alrededor), en tu mundo, un mundo tan diferente al nuestro, sin poder saber que pasa por tu mente, al notar que una pequeña lágrima brota de tu rostro, y saber que esa pequeña lágrima es tu única forma de expresarte; no puedo evitar meditar y preguntarme con el corazón hecho un puño… ¿Cuándo acabará este respiro?

Carlos Morales Navarro

24/03/2008